Siempre creí que me
creías.
*****
Hay cuentos de hadas que
nunca deberían ser contados. Este es uno de ellos… Hala, venga, niño… a dormir.
*****
Tu perro me cae mal. Tú,
también.
*****
Vi su silueta alejarse
con las primeras luces del alba… Y se llevó mi cartera, el hijo de puta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario