domingo, 18 de septiembre de 2016

Desfrases (III)

Siempre creí que me creías.


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Hay cuentos de hadas que nunca deberían ser contados. Este es uno de ellos… Hala, venga, niño… a dormir.

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Tu perro me cae mal. Tú, también.

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Vi su silueta alejarse con las primeras luces del alba… Y se llevó mi cartera, el hijo de puta.

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