domingo, 17 de julio de 2011

UN PARRICIDA


Hola, soy un parricida. Bueno, soy un parricida desde hace diez minutos. Me he cargado a mis padres mientras dormían. Ha sido fácil y muy poco emocionante (como su vida... y la mía). Les he cortado el cuello con el cuchillo del jamón. Es un jamón serrano de los que se compran para Navidad, de esos que si no te lo comes pronto, acaba lleno de moscas... Estaba lleno de moscas y el cuchillo colgaba de una cuerda. Lo he cogido sin pensar, sin premeditación, no tenía nada planeado... ¡Me encanta la improvisación! Todo el mundo tendría que improvisar... ¿Qué vas a hacer mañana?... ¡Y yo qué sé! ¿Y tú?... ¡Ni idea!... Hoy no he ido a trabajar... ¿Por qué?... No tenía hambre... ¿Vas a ir al cine esta noche?... No sé, no lo he pensado, quizá me quede en casa matando a mis padres.

Todavía están sangrando y a mamá ya no le importa manchar la alfombra. Ya no tendrá que lavar la ropa ni ir a comprar ni hacer la comida ni fregar. Ya no tendré que oír sus continuas quejas sobre su aburrida vida... «¡Más me valdría estar muerta!», dijo una vez... Si no estaba a gusto, ¿por qué no se largaba?, ¿por qué siempre esperaba que decidieran los demás?

Últimamente ya me daba asco estar en casa. Había un ambiente sucio. Un sucio espeso. Palabras sucias, gestos sucios, pies sucios (mis pies, lo reconozco). Mis pies eran lo más sucio de la casa y el tema preferido de papá cuando no sabía de qué hablar. Mis pies han provocado más de una pelea. Era increíble ver cómo transformaban un simple comentario sobre el olor de mis pies en una discusión sin sentido sobre sus propias represiones.

De pequeño, creía que todo era una película y que mis padres estaban protagonizando un culebrón sobre mi vida. No podía creer que por el simple hecho de que mi madre se hubiese olvidado de comprar vino, acabaran a palos. Yo los escuchaba mientras comía, desde la cama, viendo la tele, en el lavabo mientras intentaba masturbarme y veía que el líquido que sacaba era casi transparente y no de color leche como me había dicho uno de la clase de los mayores. También los escuchaba en el colegio. Hablaban por la boca del Sr. Escamilla (lo de «señor» es un decir), el profesor de todo. Todo un cerdo... ¡Bah! No me apetece ni hablar de él.

Papá ya ha dejado de sangrar y siento un alivio especial. Mientras sangraba, me daba la sensación de que lo hacía para putearme, para decirme: «Todavía estoy aquí, chico». Confundía la sangre con sus insultos: «¡Inútil, inútil, inútil!», era su palabra favorita. Lo peor es que yo le creí hasta que me di cuenta de que no había más inútil que él... Ni siquiera le gustaba la música... ¡Música!... Voy a poner un poco de música para papá... Mejor aún... le pondré los auriculares y un disco de algún grupo punk de esos que odiaba... «¡Baja la música, pedazo de animal!», decía mientras la televisión escupía uno de esos asquerosos concursos de colores con gente de colores, con bocas de colores, regalos de colores y personas idiotizadas por un simple coche... ¡¡¡EL COCHE!!! Y parece que han arreglado el mundo. Seguro que se acaba con las guerras en todo el planeta y no se ponen tan contentos. ¡Un puto coche!

¡Ding, dong! ¡Ding, dong, dang, dong, dang!... Han llamado a la puerta. Es uno de aquellos timbres con melodías divertidas que te hacen pensar que la gente que vive en esa casa es simpática y feliz (obviamente, no es el caso). No sé qué hacer… Me refiero a que no sé si abrir o no… Creo que es el cartero. Espero, para ver si es cierto que el cartero siempre llama dos veces... Pues no, este se pira... Abro la puerta… «¡¡Cartero!! ¡¡Cartero!!»... «No soy cartero, soy mensajero»... «Ah, por eso no has llamado dos veces»... «No, no he llamado dos veces porque ese timbre es un coñazo. Toma, firma aquí»... «¿Qué es?»… «Y yo qué sé. A ver si te crees que voy todo el día mirando los paquetes que reparto... ¡Hala, hasta luego!».

Me ha dejado dos paquetes. Al principio he pensado que podían contener algo interesante, pero uno es una caja con dos muñecas: «TRANKY y TRANCY: HERMANAS DE SANGRE. ¡DALE UNA LECCIÓN A TU HIJA!», y el otro solo contiene dos horripilantes almohadas cervicales. Seguro que mamá las compró por aburrimiento y de tanto verlas por la tele: «¡Y lo mejor es que mi marido ya no ronca!»... Tranquila, mamá, papá ya ha dejado de roncar.

He decidido que este sea el último deseo de mamá: usar la almohada cervical. Y se la he colocado debajo del cuello, como en la tele... Me parece que no está muy cómoda.

Cada vez me siento mejor y creo que he hecho lo que debía hacer. Estoy contento. Por fin he dejado de ser un imbécil al servicio de las paranoias de dos insípidos adultos.

Es extraño, tengo unas ganas locas de limpiarme los pies.


10 comentarios:

  1. No está mal. Es lo suficientemente enfermizo. Y el sarcasmo destaca. Sé que no soy nadie para eso, pero si te sirve de algo, intenta que al introducir imagenes en el relato, estas tengan un buena dosis de irracionalidad, que no sean interpretables mediante la lógica, algo así como hacian los surrealistas, pero de un modo grosero y sarcástico.Al menos para este tipo de relatos, en los que el personaje ha perdido toda noción de realidad, o está desquiciado , o algo así.

    http://meganfoxnosedesnuda.blogspot.com/2011/04/predica-de-un-infrahumano.html

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  2. Acabo de ver una luz tras leer el relato.
    Besos.

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  3. Buena historia, demasiado psicopática para mi gustoo, pero quizás por ello parece tan creíble! Espero que no esté basada en hechos reales!!!

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  4. A este paso me enamoro, como dice la canción.

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  5. es diferente a lo que se suele leer en cualquier post.
    me acercó con el coche larisa
    :)

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  6. el relato me ha gustado, pero me ha dejado mal sabor de boca que se echase a perder el jamón!!

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  7. Me ha sorprendido el relato. Podría ser la narración de un psicópata (paranoia). Y yo me pregunto Daniel Higienico... ¿tienes padres?, si fuese así... ¿leen esto y no sienten miedo? jeje.
    Verónica.

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  8. buen relato,propio de la realidad palpable. una obra es de alguien cuando no se condiciona al autor, así "malvadodilan" no ponga usted requisitos al la literatura, pues esta ya de por sí lo es, el relato, es real o no, qué importa? el surrealismo existe? estamos en muchas realidades multiplicidad,pero no puede existir dos realidades palpables diferentes ni las alteraciones físicas(cienciaficción) de la realidad palpable puede ser un surrealismo, pues como puedes observar estas no existen o no caben en lo humano adiós saludos desde Perú.

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  9. Anda tio,ya lo que te faltaba..asesinar sin emoción predeterminada..!!eso es un fracaso !!...petonets peaso" kabrón"
    !!

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  10. soy jesus perez ..el anonimato nosta de moda !!

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