Hola, soy un
esquizofrénico… ¡Ja, ja, ja, je, je, ji, ji! ¿Qué pasa?, ¿no puede uno reírse?,
¿algún problema?... Si no quieres seguir leyendo, ya sabes lo que tienes que
hacer… ¿O me vas a decir que te interesa lo que tiene que contar un
esquizofrénico? ¡Venga, no me tomes el pelo! Seguro que tienes algo mejor que
hacer… ¿Está bueno el café que té estas tomando o estás leyendo esto mientras
intentas cagar?... ¿Has probado con una lavativa?... ¡Ja, ja, je, ji, ji!...
¿Qué?... ¿Qué pasa?... No te esperabas esto, ¿eh? Esperabas leer algo agradable
que te hiciera sonreír… o que te hiciera pensar o llorar. Esperabas que te
hablara de la guerra, de política, de la puñetera política, de fútbol… ¿Esperabas
que te hablara de fútbol, de asesinatos sin resolver, de pobres muertos de
hambre, de economía, de música?... ¡Música!... ¡Laralalá lala laralalá lala
tiroriro tirorirorá...! ¿Hablar de música?... ¿Cómo se puede hablar de música? La
música hay que escucharla y punto… ¿Cómo vas a explicarle a alguien lo que va a
sentir cuando escuche música?... La música es sonido, se explica por sí sola…
¡Trálaralariro lalalá! (Para escuchar esto, tienes que fijarte en los acentos).
¡Trá lará papapipopá!... ¡Me encanta la música! ¿De qué tipo?... ¿Tipo?...
¿Tipo, tipo?... ¿Tipo de música?... ¿Qué quiere decir eso?... ¡Hay que escuchar
y no hablar tanto, joder!
No, si yo te comprendo…
Ahora mismo estás pensando que soy un verdadero gilipollas... ¡Acertaste!...
¡Premio! ¡Te ha tocado un viaje al quinto pino con la cuñada del amante de tu
pareja!... ¿Qué? ¿Que no sabías que tu pareja tiene un amante? ¿Qué pasa, que
no os contáis las cosas? ¿Tienes que enterarte por mí de que tu pareja tiene un
amante? Pues, ¡a joderse!... Venga, pasa la página... No me apetece que leas
más... ¡Déjame tranquilo!... ¿No ves que no tengo nada que contarte?... ¡Me
importa una mierda que tengas ganas de leer!... No pienso seguir escribiendo...
Que no, que no... ¡No me mires así!... ¡No me gusta que me miren así!... ¡¡¡No
hagas que me ponga nervioso!!!... ¡¡¡No pienso escribir!!!... ¡No tienes
derecho a violar mi intimidad!... ¡Que no escribo más, joder!... ¡A mí no me
amenaces con tirarme el café encima!... ¡¡No juegues con fuego!!... ¡¡NO, NO,
NO ME LO TIRES!!... ¡Escribiré, escribiré!
«Y ella, viendo que su amor no era correspondido, empezó a llorar encima de
la mesa de la cocina mirando con ojos ensangrentados el cuchillo del pan... Y
pensó en el suicidio, en el tiempo perdido, en los paseos por el parque. Todo
se mezclaba en su mente, pero, de repente, se acordó de que aún no había ido a echar
la primitiva...».
¿Te gusta? Es una novela
que estoy escribiendo. Se titula Todo es
mentira menos lo que yo digo. Al final, la madre de la protagonista monta
una boutique, pero lo mejor es cuando
ella se da cuenta de que no existe y empieza a desaparecer.
Pienso publicarla para
Navidad. Es la fecha ideal, porque la gente compra todo lo que no le hace falta
y así conseguiré publicarla, venderla y que nadie la lea. No quiero que nadie
la lea. Solo quiero venderla. Me quiero comprar un Mercedes, pasearme por mi
barrio un par de días y estamparlo contra la caja de ahorros de la esquina
donde trabaja mi novia. Bueno, ella es mi novia desde hace un año, pero aún no
se lo he dicho… Cuando se entere, se va a cagar… Se llama Alicia y me tiene un
poco de miedo... Desde que decidí que era mi novia, la espero en la calle y,
cuando sale, me la quedo mirando fijamente hasta que se pierde por la boca del
metro… Noto cómo se acojona y eso me pone cachondo… Es guapísima. Tiene la cara
redondita y una nariz respingona. Me recuerda a un cochinillo… Lo que más me
gusta es cuando me mira aterrorizada con el rabillo del ojo... Si supiera cómo
me pone… A veces pienso en acercarme y decirle que es mi novia, pero el hecho
de que no lo sepa tiene su gracia. Nunca le he dicho nada y eso aún la acojona
más… La verdad es que no tengo nada que decirle, solo quiero que sea mi novia.
¡¡¡¡Aaahheeeeiiiiyuuújuuujui!!!!...
(¿Cómo se acentúan los gritos?). ¡Me encanta gritar!... ¡Aahhjieieiyábadejujuiiií!...
¡Uauu, qué a gustito que me quedo!
Una noche invité a una
chica a mi casa. Bueno, en realidad la contraté. Trabajaba en un club de
alterne que había cerca de mi barrio y le pedí que me hiciera un servicio a
domicilio. Creo que se llamaba Manoli, o algo así, y tenía una cicatriz reciente
en la cara que la hacía especialmente apetecible. Por eso la elegí, por la
cicatriz. Pensar en que alguien estuvo a punto de destrozarle su precioso
rostro me produjo un morbo increíble. No me preguntes porqué. Entramos en casa
y ella dejó su abrigo en el perchero (no sé por qué digo lo del perchero, me
importaba una mierda lo que hiciera con su abrigo). Yo estaba muy excitado. Pasé
directamente a la habitación y pegué un grito de la hostia... ¡¡Uuaauuujeijíyeyépaaaya!!
(O algo así). Me dio tanto placer que me corrí en los pantalones… Después salí
de la habitación, le devolví el abrigo (ah, claro, por eso recuerdo lo del
abrigo) y se quedó desconcertada... «¿Qué pasa?... ¿Qué he hecho?», me
preguntaba… «A veces el placer está en el aire», le contesté. Ella me dijo que
estaba loco y se fue pegando gritos. Gritaba y gritaba mientras bajaba las
escaleras (no se acordó de que había ascensor), pero estoy seguro de que no
llegó a excitarse… Lástima, podríamos haber llegado a entendernos. Gritaba muy
bien.
¿Todavía sigues ahí?...
Parece mentira. Menudo aguante. Ya no sé qué contarte para que me dejes en paz.
A lo mejor te estás identificando con lo que te cuento. ¿No serás un
esquizofrénico? ¿Te lo estás planteando o sigues leyendo esperando encontrar
algo interesante? ¿A ti también te gusta gritar? ¿A que sí, a que mola? ¿Te
imaginas pegar un grito ahora, estés donde estés? La gente que hay a tu
alrededor (si es que hay alguien, claro) se quedaría atónita y, por un momento,
serías de otro planeta. Del planeta Gritón, por ejemplo... ¡Soy del planeta
Gritón y he venido a desahogarme a vuestro planetaaaaa!... ¿Te imaginas?...
Venga, hazlo... Por favor, venga... ¡Ja, ja, je, je, ji, ju, ja!... Fliparían.
No sé cuántas veces
habré soñado que me lanzaba de un avión sin paracaídas y caía lentamente de
puntillas encima de la guinda de un pastel de boda. En medio de una fiesta…
Alicia estaba en una bandeja recién salida del horno mirándome con el rabillo
de su ojo grasiento. (¡Qué hambre me ha cogido de repente!). Los músicos
dejaban de tocar y yo aparecía allí vestido de novia galáctica y gritaba: «¡Soy
del Planeta Gritóóóón (no sabía en qué «o» poner el acento), cabroneees!... ¡¡Solo
quiero gritaaaar!!»... Cogía un cuchillo y empezaba a descuartizar a Alicia...
¡Aaaahjajaíyepayaaááá!... Entonces llegaba un camarero y...
¡Eh, tú!... ¿No me digas
que aún estás ahí?... Tú estás loc@.
ÚÚÚÚÚÚÚYÉÉÉÉÁÁÁÁÁÁHHHH!!!!!
ResponderEliminarBrutal.
yo diria esquizosonico!!!
ResponderEliminardonde estoy?
¡¡¡Oh, maigod!!! ¡¡Esa novela!! ¡¡Que te tiro el café encima, lo que gustes, si me haces una canción!!
ResponderEliminar¿Qué narices? ¡Si me has hecho veintitantas! Buahahá.
Estoy loco, ya lo sé, pero lo llevo en la sangre.
Oh, té.
y que pasa con el camarero?
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