Hola, soy una motocicleta de alquiler. Una de
esas que ves por las playas con grupos de cinco o seis turistas. De esas de
color naranja fluorescente, amarillo chillón o verde... verde... verde...
imposible de catalogar. Ni siquiera yo, que soy una motocicleta con estudios,
puedo decir qué clase de verde es.
Sí, has leído bien, soy una motocicleta con
estudios. Antes de ser una moto de alquiler estuve cinco años yendo y viniendo
de la universidad con Sebastián Sánchez de la Olla, un estudiante de sociología
que siempre dejaba sus libros en mi cesto delantero. Los leía de día y de
noche. Me metía en su parking y yo
encendía mi faro tímidamente, para no gastar la pequeña batería que había
instalado para casos de emergencia. Aprendí muchísimo sobre los humanos. Creo
que de haberme presentado a los exámenes, los habría aprobado.
Estuve con él hasta que cumplió 25 años.
Hasta que se mató en un extraño accidente con el GTXI último modelo que le
compraron sus padres. Un tráiler lo había arrollado en mitad de la carretera y
lo encontraron dentro del coche hecho una piltrafa. Lo más extraño es que
alguien le había arrancado el pene de cuajo… Tendrías que haber visto como
quedó aquel coche… Fue directamente al desguace… A mí me vendieron una semana
más tarde a un tipo que se dedicaba a la compra-venta de vehículos usados… Y
aquí estoy, en el garaje de MOTOS GUTIÉRREZ, al lado de una playa que ya
empieza a estar abarrotada de turistas esperando que algún bestia (sin carnet ni de patinete) me saque a
pasear.
El verano está a la vuelta de la esquina y el
sol está ahí, como siempre, torrando el ambiente. Los mosquitos (Bzzzzae incordium) ya empiezan a putear
(a mí me dejan el faro hecho un asco), las latas de cerveza van que vuelan, las
cigarras (Chicharroe pavarotium)
empiezan a dar conciertos y comienzan a llegar los primeros perros abandonados
(Canis familiaris delamadedeux) con
sus correspondientes garrapatas (Vampirus
caninus), sus pulgas (Pulex irritans
et saltarinus) y sus collares sin nombre ni teléfono (solo falta que le
pongan: «Ahí te pudras»).
Durante todos estos años me he hecho una
experta en turistas. Son muchos años de aguantar sus culos y sus malos tratos.
Me han hecho de todo: montañas, barrancos, golpes contra las paredes, arañazos
contra los coches aparcados, volteretas, vomitadas... En fin, que con el tiempo
los he ido conociendo. Bueno, por lo menos al típico turista de playa. Aunque
de cada país siempre me han salido dos grupos diferenciados entre sí. Me
gustaría escribir un libro algún día, pero eso es imposible y me conformaré con
hacerte un pequeño resumen de:
"EL PEQUEÑO MANUAL DEL TURISTA DE PLAYA DESDE LA PERSPECTIVA DE UNA
MOTOCICLETA DE ALQUILER: GENEALOGÍA".
TURISTAS ESCANDINAVOS (Vikingae lechosum) o (Insolatum
pardalae): Los conocerás por el color de su piel. Rojo chillón o rosa «carne
viva», con tiras de piel arrancadas y la cara de no haber visto el sol en su
vida.
TURISTAS INGLESES (Futbolerum idiotae) o (Sapiens
tea delascincum): Estos dos tipos son muy radicales. O son muy chulos,
borrachos y babosos a los que solo les gusta el fútbol y la cerveza o son unos
borrachos, chulos y babosos que se creen artistas por la gracia divina.
TURISTAS FRANCESES (Tortillae vulgaris) o (Galum
cunilingüis): No cambiarán nunca. Siempre pensando en lo mismo. Sobre todo,
ellas.
TURISTAS ITALIANOS (Pesatum espaguetisi at carbonare et pesto) o (Playae penis apuntus): Si les das confianza, la has cagado. Se
pueden plantar en tu casa todo el verano. Un par de días pueden resultar
divertidos, pero después se hacen insoportables.
TURISTAS ALEMANES (Cuadratum capitis fins-a-la-mortis) o (Cuadratum cabezae de nacemento): Mejor no discutas con ellos.
Apréndete que «SÍ» en alemán se pronuncia «IA». Con eso tienes suficiente.
TURISTAS JAPONESES (Enanun obliquom amarellae): Yo no conocía otro tipo de japoneses,
pero una silla de ruedas electrónica (Kawasaki, creo que se llamaba) me contó
que después de la Segunda Guerra Mundial (¿por qué deben de poner siempre
Guerra Mundial con mayúsculas?) surgió una nueva especie que cada día va en
aumento (Nuclearis cancerigenus vitae).
TURISTAS NORTEAMERICANOS (Homo horterus at medulae) o (Deux
us bendigae man): Si quieres sacártelos de encima, solo tienes que silbar
el himno de su país. Se pondrán la mano en el corazón y empezarán a cantar
mirando al infinito. Es el momento de pirarse.
TURISTAS ESPAÑOLES (Dominguerus paellae mariscum) o (Homo
juergus et pasaus totum): Suelen ir en manada. Sus piropos guarros son
famosos en el mundo entero. Siempre dejan propina. Si nada más conocerlos te
dicen «¡Eh, colega!», ten cuidado, te sacarán la pasta, pero aún así puedes
pasártelo pipa.
Esto es todo amigos. Sé que nunca podré
publicar mi libro, pero me conformo con que alguien pueda leer este resumen.
Mientras tanto, seguiré aguantando sus malos tratos...
Mira, por ahí viene un Futbolerum idiotae. ¡Que Dios me pille confesatum!
tranquila motorinus vulgaris, yo he leido tu resumen. debe ser jodido conocer a tanto especimen y que todos ellos solo hagan que utilizarte, y no se interesen por ti. pero bueno, seguro que algun día se crearan a los "soludinos eskuchamus y para nadantus hablamus rex". aunque dificil es. te saluda una motosierra de texas, la cual solo conoce a la especie "haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa doloritum".
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