Existen pérdidas de
tiempo «relativas», como la de leer este… ¿artículo?, ¿historia?, ¿comida de
tarro? (todo es relativo). Cuando acabes de leer esto, igual te da la sensación
de que has perdido el tiempo (yo también pensaría lo mismo), pero todo depende
de la mentalidad con que lo leas. Yo me estoy descojonando mientras lo escribo,
aunque estoy convencido de que lo que estoy escribiendo es una chorrada de
mucho cuidado, pero intento reírme de mi absurda situación (soy una pérdida de
tiempo con la mentalidad muy abierta).
Te recomiendo que
leas esto con tranquilidad, con paciencia. Relájate, tómate un cafetito para
que su lectura no te haga sentir imbécil. Sé que es difícil. Comprendo que
perder el tiempo conscientemente es algo extraño, pero, como te decía, todo es relativo…
Aunque esto también podría llegar a convertirse en una pérdida de tiempo «estúpida»
(todo es relativo hasta cierto punto, tampoco nos pasemos).
Me gustaría que
perdiésemos este tiempo juntos. Perder el tiempo tampoco es para tanto. Yo
llevo tiempo, tiempo y tiempo perdiendo el tiempo; ya no sé cuánto tiempo, pero
mucho, mucho, mucho tiempo. Es mi vida y no está tan mal... Perdón, te estoy
haciendo perder el tiempo... aunque, de momento, espero que esté siendo una
pérdida de tiempo «agradable». También hay pérdidas de tiempo «desagradables», como
pasarte toda la noche viendo la tele y, después de un montón de horas, darte
cuenta de que todo lo que has visto te ha parecido una mierda, y sin embargo te
lo has tragado.
También hay
pérdidas de tiempo «inexplicables»: ¿Cómo he podido perder el tiempo hablando
con este gilipollas? ¿Qué hago en el cine aguantando una película inaguantable?
¿Por qué no me voy? ¿Por qué tengo que soplar el alcoholímetro si lo único que
quiero es llegar a casa y quedarme sobado? ¿Por qué siempre intento ir en coche
al centro de la ciudad en un Jueves Santo a la hora de la procesión?... Inexplicable.
Otra pérdida de
tiempo es la que yo llamo «canjeable». Es aquel tiempo que sabes a ciencia
cierta que vas a perder, pero que puedes elegir libremente el modo de hacerlo:
¿Pierdo el tiempo paseando o me apalanco en un bar a releer el periódico por
tercera vez? ¿Pierdo tres horas y pico pensando en cómo aprovechar el tiempo o
me voy al cine a ver una película china de tres horas y pico con subtítulos?
¿Me apunto a clases de yoga o de informática sabiendo que no me interesa
ninguna de las dos cosas?
También están las
pérdidas de tiempo «optimistas»: ¡Qué bonito es perder el tiempo! ¡Uau! ¡Oh,
voy a perder el tiempo durmiendo! ¡Vaya tarde más guapa que me he pegado panza
al sol! ¡Vaya película más pesada, pero que pérdida de tiempo más maravillosa!
¡Uau, es domingo y solo son las nueve de la mañana! ¡Voy a revolverme en la
cama hasta que me duelan los huesos! ¡Uauu!
En cualquier caso,
las pérdidas de tiempo somos un lujo al alcance de todos, aunque algunos se
vanaglorien de aprovecharlo al máximo: «¡Yo no tengo tiempo para perder!». Personajillos
que están todo el día atareados con cosas tan absurdas que ni se dan cuenta de que,
en el fondo, toda su vida es una gran pérdida de tiempo; aunque no es nada
extraño que intenten enmascarar su tiempo con metales preciosos. «¡Mi tiempo es
oro!», dicen… ¡Tu tiempo es como el de cualquiera, majo! ¡Tu tiempo es ya! ¡Tu
tiempo es ayer! ¡Tu tiempo es hacer cola para comerte una asquerosa
hamburguesa! ¡Tu tiempo es buscar aparcamiento! ¡Tu tiempo es hacerle la pelota
al jefecillo de turno! ¡Tu tiempo no es de oro, se derrite como el de
cualquiera!... Uy, perdón, me he enfadado. No quiero que pienses que soy una
pérdida de tiempo «desagradable», pero es que siempre estáis igual: que si el
tiempo, el tiempo, que si hay que aprovechar el tiempo, que si no sé qué, que
si no sé cuántos. Siempre nos echáis la culpa de todo. Creo que en las escuelas
tendrían que enseñar a los niños a perder el tiempo con naturalidad. Primera lección:
«Aprovechar el tiempo no es obligatorio».
Un día, perdiendo
el tiempo, leí en un suplemento dominical un reportaje sobre los monjes del
Tibet escrito por un «famosísimo» escritor estadounidense… y decía que algunos
humanos no sabéis ni respirar. No me extraña, preferís asfixiaros antes que
perder el tiempo en respirar bien.
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarcasi pierdo el tiempo tratando de hacer un comentario inteligente, usted es un Referente de nuestros tiempos
ResponderEliminarNo me ha parecido mal. Por lo visto, tras la toma de la ayahuasca es común sentir la revelación, o tener la certeza digamoslo asi, de que la palabra tiempo es la gran mentira del ser humano, y con lo que mas daño nos hacemos. El tiempo no existe, es una ilusión de los humanos, y cuando integras ese hecho en tu vida es cuando eres libre
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