HAY PALABRAS QUE NO ME GUSTAN NADA

Orgullo, dignidad, vanidad, igualdad (palabra insertada a las 12:39), respeto, miedo, angustia, absurdo (palabra insertada a las 13:27), egocentrismo (palabra insertada a las 13:02)... todas estas cosas (y otras que pienso insertar mientras escribo) se han mezclado en mi cabeza este fin de semana... tenia tres actuaciones y las tres fueron tan diferentes que he llegado a casa desconcertado aparte de agotado física y mentalmente, sobretodo (es que me como mucho el coco)...

La primera actuación la suspendimos... La verdad es que no me gusta nada suspender conciertos y siempre hago el máximo esfuerzo para que no suceda pero el otro día me sentí bastante ¿ninguneado? (que fea palabra)... tuve sentimientos difíciles de explicar y de asumir... porque no me gustan... Cuando me sucede esto suelo calentarme por dentro... y no se que es lo que me lo produce... creo que soy una persona pacífica... a veces pienso que demasiado... porque me da la sensación que cuando me siento menospreciado (que poco me gusta esta palabra) no reacciono con rapidez... esas pequeñas cosas que vas perdonando (uf, que mal suena esta... no, no... mejor voy a cambiar la frase)... "... que vas acumulando con el trato a los demás" (coño, me ha quedao fino)... En vez de dejar claro lo que sientes en ese momento te lo guardas y lo analizas mas tarde... Mierda! ¿Por que coño no le he mostrado mi cabreo al instante?... solo se me ocurrió decirle un par de frases irónicas... por si pillaba el cabreo sin necesidad de cabrearme... explicar lo que sentía necesitaba tiempo... para eso sirve escribir, supongo... Pues con estas cosillas se va encendiendo la llama (brasa) dentro del cuerpo y hoy me apetecía hablar de ello y sacarlo fuera antes de que un día explote como me ha sucedido algunas veces (pocas, por suerte)... 

No importa ni quien ni dónde (esta frase suena a mafia)...  sobretodo porque he tenido problemas anteriormente con ser tan explicito y me he dado cuenta que no vale la pena, que no es necesario hablar de algo echándole mierda a los demás (aunque sean las personas afectadas)... no es tan importante... "to er mundo e güeno"... menos los que no quieren ser güenos (están en su derecho)...

Ya no se que iba a contar... ah, si!... que yo me considero un profesional del mundo del espectáculo... a mi manera, claro (no creo que haya ningún ejemplo único para nada)... todos somos libres de llevar nuestra profesión como queramos (o como podamos)... uno puede tener una actitud "punk" (por ejemplo) y tener un espectáculo tan válido como cualquier musical de broadway. Un espectáculo es para entretener, para hacer sentir... sentir lo que sea... Si tu vas a ver un espectáculo y te has pasado una hora y media disfrutando da igual si había un tipo en un pequeño escenario hablando con un melón o un elenco impresionante de 200 actores con una escenografía que reproduce el Titanic... para mi no hay ninguna diferencia... en ninguna profesión debería haberla... si llevas tu coche a un taller polvoriento pero el mecánico te lo hace de puta madre y como tu quieres da igual que el taller sea ese o un mega-concesionario de Peugeot... yo he trabajado en los dos tipos de empresas y todo depende de las personas que trabajen en él no del local ni de la publicidad ni de la marca por muy famosa que sea... por eso cuando noto que me tratan de diferente manera que tratarían a un artista con ¿nombre? ¿fama? ¿repercusión mediática? ¿profesionalidad? (con todo el tópico de la palabra) algo se empieza a encender dentro de mi cuerpo... y cuando me reafirmo en mi análisis de la situación el calor va subiendo como en los dibujos animados cuando el personaje se va poniendo rojo poco a poco... hasta que explota... supongo que a eso se le llama "cabreo"... y esos pequeños cabreos se me van acumulando porque a veces no puedes resolverlos "in situ"... 

Como el otro día que llegamos a la sala y el piano (imprescindible, era un concierto piano y voz) estaba totalmente desafinado (cuando me habían dicho que lo estaba)...  Hicimos lo posible por encontrar uno eléctrico con un mínimo de calidad pero no lo conseguimos... y me fui para casa con la sensación de haber sido ¿insultado? (no, no me gusta esta palabra), ¿ofendido? (pues anda que esta!)... Estoy seguro que nadie hizo las cosas con "mala fe", claro que no (es idiota pensar que la sala quiera suspender la actuación) pero el "pasar de todo" el "pasar de mi" (¿egocentrismo?)  al no tener preparado el piano me hace pensar en lo que comentaba... ¿me tengo que cabrear?... a mi no me sale cabrearme en el momento... pienso lo típico "¿para que? ya no tiene remedio"... pero el problema es que me ha pasado algunas veces (yo pienso que demasiadas)... quizá son pequeños detalles... intento (mejor dicho, me gusta) analizarlo y llego a la conclusión que debe de ser porque no transmito ¿profesionalidad? (no llevo manager) ¿no tengo suficiente nombre? ¿fama?... estoy convencido que si el artista que hubiese venido a tocar fuese de "renombre" el piano hubiese estado afinado y requeteafinado...  y, la verdad, me sentó fatal...  pienso que hay que tratar igual a todo el mundo...  ¿porque es tan complicado?...

Por eso me voy a reivindicar... estoy convencido que lo que hago es tan válido como cualquier otra cosa... ¿vanidad? ¿orgullo? ¿dignidad?... no encuentro la palabra... no me gustan esas palabras... no creo que sean esas palabras... ¿igualdad?... ¿gilipollez?... ¿absurdez? (esta palabra es siempre la que mas se acerca a todo)... y por eso lanzo este pequeño cabreo escrito y punto.

La segunda actuación fue un desastre para mi... creo que fue el peor bolo de mi vida... incluso llegue a tener "pánico escénico" por momentos... no conectaba con la gente... lo hacia todo mal... estaba cansado... perdido... sufrí mucho... de pronto pensaba en lo absurdo que era estar allí en un escenario observado por el público... ¿que estoy haciendo aquí?... pensé en irme del escenario... hubiese pedido tiempo muerto como en el baloncesto... e incluso sacar a alguien del banquillo para que me sustituyera... pero no había banquillo y cuando acabé desaparecí del escenario y me eché en el suelo del camerino a respirar...no tiene importancia, me decía... no es nada, una mala noche la tiene cualquiera pero mi ¿orgullo? ¿profesionalidad? ¿espiritu? estaban tocados... que cosa mas tonta... que absurdo.

La tercera fue en el mismo local  y tuve un éxito impresionante... desde el primer minuto todo fue como la seda (como casi siempre, por suerte)... hubo conexión, complicidad, disfrute... y cuando acabé salí de una forma radicalmente diferente... me pidieron bises (de verdad, con entusiasmo)  y, cuando terminé, hice la broma de salir a la calle antes que el público porque no se movían del asiento... fue como un bálsamo... ¡que desfogue!... es curioso como las sensaciones te pueden hacer cambiar tu estado de ánimo... y también apaciguar los pequeños "incendios" que se crean dentro de ti.

Ahora estoy bien... bueno, preocupado por el trabajo como todo el mundo. ¡Que absurdo!