Hola, soy una hormiga. Estoy metida en una misión suicida al mando de un ejército de 300 hormigas. Tenemos que conseguir introducirnos en una bolsa de basura que hay en la cocina del vecino y trasladar unas vísceras de pollo hasta el hormiguero que tenemos bajo la higuera que hay en el huerto de la vecina de Günter Himmler, el Osso Hormiguero.
Antes de salir nos hemos encomendado a la
Virgen de la Antena y la despedida con nuestros familiares ha sido
especialmente emotiva, organizando una comida de hermandad compuesta de miel,
migas de pan seco con aceite de oliva y sangre de cerdo coagulada. He tenido
que dar un discurso de despedida y después hemos cantado el Himno de la
Hormiga: «¡SOMOS VALEROSAS, SOMOS MUY PEQUEÑAS, SOMOS HACENDOSAS, SOMOS CARROÑERAS!»…
Dicen que estas cosas dan ánimo en un momento así, pero a mí me parece que mis
compañeras están más acojonadas que antes. He intentado levantarles la moral,
pero todas están pensando que en la cocina de Günter Himmler van a morir. Las
estadísticas así lo indican. Solo un 10% ha salido con vida de una misión
parecida y lo que cuentan los supervivientes pone las patas de gallina: insecticidas
de efecto instantáneo, pisotones con botas militares, charcos de lejía, trampas
con comida falsa envenenada, etc.
El primer paso es subirnos a la higuera hasta
la altura del muro que separa los dos patios. Hay que tener mucho cuidado con
las arañas saltarinas. Normalmente comen moscas, pero cuando tienen hambre no
tienen manías.
Ya estamos en el muro. Utilizo mis antenas al
máximo de potencia para detectar el peligro. Bueno, de momento, el ficus por el
que tenemos que bajar sigue ahí y también está Sissi, la gata de Günter. No es
especialmente peligrosa, pero si le pega el punto, es capaz de montarnos un numerito
(de hecho, el último comando que lo intentó no pasó del patio gracias a la
dichosa gatita).
Después de meditarlo un rato he decidido que
lo mejor será bajar por la pared. Es mucho más peligroso. La pared es blanca y
eso nos delata fácilmente, pero el ficus está demasiado concurrido. Hay otras
hormigas, muchas telarañas y unas libélulas sospechosas. Creo que son espías de
otro hormiguero (hay que tener mucho cuidado, cuando se divisa un botín con
vísceras de pollo tienes que guardar el secreto, si no, otros comandos podrían
arrebatártelo).
Ya estamos en la ventana de la cocina. Es el
momento de decidir la estrategia. Mis compañeras están un poco nerviosas.
Quince de ellas han desaparecido por el camino. Creemos que han desertado y eso
podría ser peligroso… Si las libélulas consiguen capturarlas y se enteran de
nuestra misión, podrían avisar a otro hormiguero. No hay nada peor que una
batalla entre hormigas. Es preferible morir a manos de Günter.
He divisado la basura. Ahí están las vísceras
de pollo. Son recientes y de muy buena calidad. Podrían durarnos todo el
invierno si las administramos bien. El suelo es oscuro y eso nos facilitará la
tarea. Hay antiguas ranuras construidas por nuestros antepasados que dan
directamente al suelo de la cocina. El único problema es que estén impregnadas
con insecticida, aunque estamos entrenadas para aguantar la respiración durante
dos minutos. Todo depende de nosotras.
Ya veo la luz del otro extremo de la ranura.
Parece que va a ser fácil llegar... Me asomo con sigilo. La basura está solo a
medio metro y parece que no hay nadie cerca… ¡ADELANTEEE! Subimos el cubo sin
demasiados problemas, aunque algunas compañeras sin experiencia resbalan
constantemente con el borde de la bolsa de basura. El contenido del cubo es superbrutal.
Además de las vísceras, hay un trozo de brazo de gitano de trufa podrido
impresionante, dos rebanadas de pan de sándwich untadas de mayonesa agria que
quitan el hipo, media salchicha de Frankfurt con kétchup y... Pero... ¡oh,
no!... ¡Es Günter Himmler, el Osso Hormiguero, apuntándonos con un espray de Formigator
Ultra! ¡¡LA VIRGEN DE LA ANTENA!!... ¡¡¡RETIRADAAAA!!!... ¡NOS HAN
ALCANZADO!... ¡¡AGUANTAD LA RESPIRACIÓN, TENEMOS DOS MINUTOS!!
Hemos conseguido escondernos debajo de la
lavadora, pero nos queda poco tiempo... No se me ocurre nada... ¡Estamos
perdidas!... Günter se acerca para rematarnos. Es el final… ¡CANTEMOS,
HORMIGAS! ¡SOMOS VALEROSAS, SOMOS MUY PEQUEÑAS, SOMOS HACENDOSAS, SOMOS CARROÑERAS!...
De repente se oye un extraño ruido: ¡¡SPATACROOCC!!...
¿Qué pasa?... Günter se retuerce y grita... Parece
como si alguien le hubiera pegado una patada en los testículos... Cae al
suelo... Sigue gritando... Tengo que tomar una decisión, la vida de (300, menos
15 desertoras)... 285 hormigas depende de mí... ¡Aprovechemos para escapar por
la ranura, rápido!... Pero... ¿Qué habrá pasado?... ¿Eh?... ¡Algo le sale a
Günter de la bragueta!... Parece... que… es... es… ¡¡ES LA HORMIGA ATÓMICA!!...
¡LA HORMIGA ATÓMICA NOS HA SALVADO!... ¡LE HA PEGADO UNA SUPERPATADA EN LOS
COJONES Y NOS HA SALVADO!... ¡BIEEEN!...
—¡Bieeen!...
¡Nos ha salvado!…
—¿Carlitos?...
Despierta, Carlitos...
—¿Eh?...
¡La hormiga... atómica!...
—¡Carlitos!...
¡Estás soñando, despierta!...
—¿Eh?...
¿Cómo?... ¿Cuándo?... ¿Qué?... ¡Oh, mamá!... He soñado que era una hormiga y...
—¡Venga,
despierta que tienes que ir al colegio! ¿No tenías hoy un examen de alemán con
ese profesor nuevo?... ¿Cómo se llama?... ¿Kanter?... ¿Custer?
http://www.youtube.com/watch?v=7oN7QhLuJfo
ResponderEliminarMuy bueno el video Anna... gracias!
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